martes, 31 de julio de 2012

Con la cara lavada

Cae la lluvia
como si a nadie le importara.
Cae triste,
solitaria.

Me gusta la lluvia
y me gusta mirarla.
Cómo cae, cómo juega,
se desliza entre las hojas, 
como patina y resbala.


Me gusta oír su voz,
escucharla;
Unas veces es su voz lastimera,
otras
como si cantara.
Me gusta mojarme
 y pasear junto a ella
en silencio,
callada.

Me gusta la lluvia
y me gusta por sorpresa,
inesperada.
Y el olor a hierba fresca,
a tierra mojada,

El mundo con la carita recién lavada.

Imagen y texto: María.

6 comentarios:

  1. Coincido con tu gusto por la lluvia, María, pero a estas alturas de mi vida procuro refugiarme y disfrutarla detrás de los cristales.
    Besos

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  2. Imagínate, Francisco, una tarde de lluvia, un buen chubasquero, unas botas de agua y un gorro ... ó un buen paraguas. Y salir con las calles casi vacías, disfrutando de la lluvia, el espacio y ... ¡los charcos!!!
    Al llegar a casa un buen chocolate calentito ... Hmmmm ¡qué rico!!
    Un abrazo.

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  3. Eso del chocolatito... es una tentación de lo más pecaminosa!

    Y ahora querría yo un poco de lluvia, tan solo un poquito...!

    Muxutxuak, bien acalorados!
    ;)

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  4. qué maravilla, María, qué mnaravilla tus fotops, tus apuntes y la calidez de tu alma.
    Un abrazo total en ese chocolate del regreso :)

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  5. Y qué bueno verte por aquí!!! Te pusiste las botas de siete leguas y cruzaste el charquito.
    Jeje ... Veo que te apuntas al chocolate :)
    Un abrazo fuerte.

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  6. (hermoso tu poema María)....hazlo, que el silencio es el territorio donde se encuentran las almas con su mejor vestido. Nos veremos siempre en esa esquina, my lady, amiga querida

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