Como olla panzuda
en el fogón
voy recogiendo ingredientes
que a fuego lento
cocino en mi interior.
Ahí cabe todo.
Malos y buenos vientos,
relámpagos y truenos,
hatillos de tristeza,
pizquitos de soledad y dolor.
Al calor de la olla
huyen los malos humos al exterior.
Quedan en su pancita
mágicos aromas de primavera,
cálidos rayitos de sol.
Imagen y texto: María.