
y esperaba yo ser sorprendida,
en cualquier momento,
por algún gnomo
ó quizá un duende travieso.
Pues ¡no señor!.
Como por arte de birlibirloque
en su lugar aparecieron,
-no sin gran estruendo-
varios sujetos cabalgando
sobre artilugios de hierro.
¡Señores!,
que no caballeros,
eso va contra natura
en este y en cualquier otro tiempo.
Si ya son vuesas mercedes reyes del negro asfalto, por favor, dejen el bosque para sus moradores eternos.
Imagen y texto: María.
Huyyyyy, a esos los "encantaba" yo con la varita mágica y los dejaba convertidos en... piedras del camino, por ejemplo!
ResponderEliminarSi los duendes y demás pobladores del bosque se levantaran en pie... otro gallo les cantaría a semejantes bandidos!
Hala, unos muxus!
je je ... ¡qué guapa!
ResponderEliminarMuxus!
Caballos y caballeros alados irán a tu encuentro cuando lo deseéis... búscadlos detrás de vallas y de las bayas, y sonrojarán tu sonrisa alada...
ResponderEliminarUn caballero
Tras las vallas y las bayas .... -vaya, vaya, vaya-
ResponderEliminarGracias! amable caballero por vuestra amable visita este mi sendero ...
Lady, que si que están ahí los duendes, escondiditos, que con el ruido de motores se esconden más, pero no los ves? detrás de la plantita de la izquierda se asoma un gorro
ResponderEliminarNo se podría decir ni más alto, ni más claro; muy bien dicho.
ResponderEliminarBuen domingo