Tras el escueto muro y la reja
que a cárcel asemeja
despierta la vida al alba.
canta la fuente,
pasea la escoba
y el largo brazo nutre las macetas.
Abren los ojos sus moradores,
aroma, frescor y sombra
de los allí encerrados.
Aromas de rosa y jazmín.
Gitanillas, geranios y claveles,
estallido de color
sobre fondo de cal blanca.
Celosías de hiedra y campanillas.
Sombra emparrada en una esquina,
y en el centro danza el agua al abrazo del sol.
Reposa en un rincón la dama de noche
y susurran a sus pies narcisos y pensamientos
-¡serán cotillas!-
Tras la reja aroma de limón y canela,
y un rasgueo de guitarra,
la abuela sonríe
y la niña ensaya.
Y más de uno en estos momentos piensa
¡quién tuviera!
¡Ay! Quién tuviera
un escueto muro y un reja.
estallido de color
sobre fondo de cal blanca.
Celosías de hiedra y campanillas.
Sombra emparrada en una esquina,
y en el centro danza el agua al abrazo del sol.
Reposa en un rincón la dama de noche
y susurran a sus pies narcisos y pensamientos
-¡serán cotillas!-
Tras la reja aroma de limón y canela,
y un rasgueo de guitarra,
la abuela sonríe
y la niña ensaya.
Y más de uno en estos momentos piensa
¡quién tuviera!
¡Ay! Quién tuviera
un escueto muro y un reja.
Texto: María
Imagen pillada en la red.
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