sábado, 28 de diciembre de 2019

LA CAJA



A simple vista era una caja normal, sin pretensiones, kraft de embalaje para una mudanza o para guardar trastos olvidados. Esos de por si acaso.

Había estado arrinconada en un altillo por años, décadas quizá, esperando que aquellas manos quisieran sacarla de su aislamiento y descubrir su contenido, su alma. Porque aquella no era una simple caja; A pesar de su corriente apariencia era una caja con alma.

En su interior guardaba retazos de una vida, recuerdos de la infancia, momentos vividos, sentimientos dormidos, sepultados diría yo, en lo más profundo del corazón que guiaba aquellas manos.

Imagen pillada en la red. Texto: María.


2 comentarios:

  1. Me ha encantado este relato, María. Has dado vida a lo que nadie aprecia y lo has hecho con tal delicadeza que ese viejo cartón ha tomado valor en si mismo. Enhorabuena.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Francisco. Un gusto ver tu huella por aquí.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar

Deja tu huella